¿El hombre del viento?. No, no. Te has debido equivocar. Seguramente querías decir: "El hombre del tiempo". Pues no. Quería decir lo que he puesto.
El hombre del viento está sentado a la izquierda al oeste del observatorio, con su telescopio desplegado, oteándolo todo y apuntando lo que ve. Protegido del poderoso aire que hace que todo se tambalee. Pero allí, detrás de los muros de la construcción está tranquilo. Hoy hay nordeste.
Pero el hombre del viento, aunque suele colocarse en algún lugar donde huir de él, no siempre lo hace. Hay días en agosto que el sol pega tan fuerte en Estaca, que deja que el poderoso norte, el oeste o el sur le refresquen y hagan más soportable la tarde. Aunque parezca mentira, también se puede pasar calor en Bares. Si y a veces mucho.
Hoy hay noroeste en Estaca de Bares. Ya lo sabía cuando salí de Vicedo
El hombre del viento le quiere. Como quiere al mar, a las salamanquesas o a los helechos. Como quiere a la luna y a las estrellas. Como ama las olas con su espuma. Y le gusta que el viento mueva sus cabellos. Y le quiere hasta cuando hace frío. Cuando parece que le apuñala constantemente. Cuando siente que las manos se le van a romper, amoratadas.
Cuando no hace viento le echa de menos. Se acuerda de él. Y por las noches sueña que bailan juntos. Escucha sus canciones. Canciones profundas y expresivas. Canciones de amor, de pena y de alegrías. Canciones del viento para el hombre del viento.
(*) Rosa de los vientos de guiasuperviviente.files.wordpress.com
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