Si, resacón. Enorme resaca. No, no os equivocáis. Hablo de esa terrible sensación que te invade las horas posteriores (en mi caso los días...) a un exceso en la ingesta de alcohol y a pesar de haber dejado de fumar, hace unos 8 meses, apretarte un paquete de Marlboro sin titubear.
En fin. Que así estoy. Lesionadito. El sábado tuvimos "fiesta jolgorrio" familiar, lo que nos mantuvo más de 12 horas en la brecha dándole al alpiste, con mucha broma y muchos temas profundos sobre los que hablar. Fue bonito mientras duró. Después y tal y como os digo, otra cuestión.
Ayer no podía ni pensar, y aún sabiendo que tenía una cita que cumplir con este espacio, con las aves, con las palabras, con vosotros y conmigo mismo, no hubo manera. Hoy he currado a duras penas y de vez en cuando, allí, moviendo papeles en Garrigues, recordaba, que tenía que escribir algo pero, nada, imposible. Así que cuando me he dado cuenta, he pensado que lo que había que contar hoy era precisamente esto.
Y es que uno no aprende. Hace ya bastante tiempo que salir por la noche y "darle al frasco con soltura" no supone otra cosa, que varios días de penar, de sufrimiento, de mal humor y mal cuerpo también. Y de arrepentimiento. Y mira que lo se, que siempre me pasa lo mismo. Al final da igual. Espero tardar bastante, pero recaeré. Eso fijo.
Podría poner fotos de bares, de botellas, de gente disfrutando de la fiesta pero hoy, otra vez, nos quedamos sin foto. No hay foto que refleje, bien, bien, bien, como me gustaría ese pedazo de resacón que tengo.
1 de junio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario