Si, nunca pensé que escribiría sobre mariposas. En mi caso, es un animal que me gusta…de lejos. Muy de cerca, se trata de un insecto más y reconozco abiertamente que no me gustan los insectos. Creo que son los únicos seres vivos que no me gustan aunque reconozca que están para algo y aún sin gustarme celebro que existan..
Pero bueno. Lamentablemente, esta vez no tuve la suerte de estar allí en Estaca ojo avizor a otras cosas para encontrarme el espectáculo que debió de ser pero allí estaba Toño y el ha sido quien me lo ha contado.
En primer lugar, empezaré diciendo que Toño estaba allí haciendo algo rarísimo. ¡¡Contando aves marinas….!!. ¡¡Tela marinera!!. Este tío cada día nos sorprende con algo. Y en el fondo es como una de aquellas enormes piedras que hay allí, pero en majete. En muy majete, diría yo.
Vanesa de los cardos
Pues bien, Toño fue testigo de una espectacular migración de una mariposa llamada en castellano Vanesa de los Cardos (Vanesa cardui). Yo no sabía que estas cosas sucedían en España, pero parece ser que en aproximadamente 3 horas, unas 100.000 de estas mariposas que venían desde el interior (Sierra de A Faladoira en este caso) se acercaban al acantilado, bajaban directamente hacia las rompientes como yendo a ver los "muiños" pero sin hacerlo y sin la más mínima duda se internaban mar adentro, con destino Gran Bretaña, Escandinavia, etc…
Alucinante espectáculo. Miles de preciosos (ya digo que de lejos...) insectos voladores como los de la foto entrando sin miedo alguno en esa inmensidad.
Se las vio en Grañas do Sor (Mañón), en la playa de Esteiro (también Mañón), en la zona de As Pontes, en Miño…Una pena habérselo perdido.
La vida de estos bichos es alucinante. Parece ser que tiene dos generaciones cada año (primaveral y estival). La primaveral nace en el Norte de Africa y rápidamente migra más al norte. Llega a los campos europeos y en ellos encuentran la comida que necesitan. Completan su ciclo biológico y nace la segunda generación, la veraniega. Esta hace el camino de vuelta para al llegar a origen, encontrar a su vez la comida que necesitan y vuelta a empezar. Fascinante.
Como cada día que escribo tocaría que mi imaginación volara y se pusiera a contaros esto y aquello sobre lo otro y lo de más allá. Pero mientras Toño me lo contaba ayer, no podía pensar en otra cosa. Y me refiero a todo. A ver a todos esos frágiles animalillos lanzándose al mar sin ningún miedo, movidos por su instinto, adentrándose ni más ni menos que en el Océano Atlántico y a lo inmenso y curioso, sin límite de la vida de muchos de los animales que nos rodean. Yo creo que nos empequeñecen. Tenemos mucho cerebro, si, pero…….
(*) Agradecimientos a Toño Sandoval por relatármelo y a Pablo Fernández por las explicaciones biológicas de la mariposa.
Fotos de ichn.iec.cat y www.flickr.com
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