Aunque no sea el momento me acuerdo de ellos. Cualquier tarde del mes de agosto. Una de esas preciosas tardes de Vicedo. Después de comer, mientras anochece, cuando menos te lo esperas, les oyes..... Es difícil escribirlo pero para que os hagáis una idea, sería una especie de "kirruk, kirruk". Y con ese "kirruk, kirruk" también un "suii, suii" suplicante del nuevo retoño. Pidiendo comida. Tiene hambre. Este haciendo lo que esté haciendo es inconfundible. Y me alegra el alma. Pienso, ya están aquí de nuevo los charranes. Como yo. Cada año a Vicedo. Una temporadita en Vicedo.
Vienen de lejos y su destino es algún sitio al sur, pero no dejan de parar. La familia de patinegros, llega hasta las boyas que hay entre las barcas ancladas frente al puerto. Allí se queda, siempre situado el pequeño. Y sigue...."suii, suii" pide que te pide. Sus padres le animan a que les acompañe en sus capturas, internándose hacia Arealonga, llegando hasta O Barqueiro. Sus padres vienen y van . Se zambullen. Son unos maestros en ese arte. Y ya han cogido otro pescadito. Mira, esta vez, la madre se lo lleva al pequeño. Pero no le parece suficiente y sigue pidiendo. Sigue rogando que le den más o que no le dejen solo o......
Hoy me he acordado de ellos. Normalmente se me olvidará y no lo volveré a pensar hasta que los oiga. Haciendo cualquier cosa. Pero lo que digo. A ellos también les gusta. Tampoco ellos perdonan un año sin estar un rato en este rincón de Lugo. Y en esos momentos, cuando coincidimos, cuando por primera vez cada año les oigo, les saludo y les digo "Bienvenidos a casa amigos, bienvenidos otro año más". Lo cierto es que como yo, no tienen muchas vacaciones y pronto siguen su camino. Hasta el año próximo. Hasta el año que viene.
15 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario