Hoy las aves y las palabras, las pone Marina Valderas Alcoverro.....
En una tarde soleada en Galicia donde todas las aves marinas descansaban, de repente se oyó un grito:
- ¡¡Se ha roto el cascarón!!.
Todos los pájaros fueron a ver qué ocurría. Cuando llegaron vieron un pagalina.
- ¡¡Ooohhh, que bonita!!.
- Es una niña, dijo su madre.
Al mismo tiempo, en Madrid nació un gorrión. Sus padres estaban muy felices. Pero su felicidad no duraría mucho ya que como todo el mundo sabe, cuando los pájaros ya se saben cuidar solos, abandonan a sus familias. Esto le pasó a la pagalina y al gorrión. Sus padres al ver que se iban, sus corazones se llenaron de tristeza.
El pequeño gorrión
El pagalín decidió hacer un viaje corto así que salió de Galicia hasta Asturias. El viaje no fue peligroso, todo lo contrario que el de nuestro querido gorrión. Como el gorrión era muy pequeño, tuvo muchos problemas. El gorrión al recorrer la distancia entre Madrid hasta Galicia, que era donde antiguamente vivía la pagalina, intentó beber un poco de agua intentando que no se le mojaran las alas para después poder elevarse hasta arriba y seguir su viaje también hacia Asturias. Pero un enorme pez lo intentó cazar.. ¡¡Ufff, que susto se pegó!!. Consiguió escapar y dijo en alto:
- Iré a Asturias, esto es demasiado peligroso.
Entretanto, la pagalina se lo estaba pasando genial en Asturias, no pensaba hacerse amiga, no era grosera con los demás pero no se interesaba en echarse novio o amigos. Mientras tanto, el gorrión al llegar allí se dijo:
La pagalina
- ¡¡Ufff!!. Este ya es otro ambiente, seguro que me lo voy a pasar genial....
Reservó un nido justo al lado del de la pagalina aunque ella no estaba allí. Había ido a comer en el mar unos peces con mahonesa. Eran sus preferidos. El gorrión tenía un secreto. Todo ese rollo de mojarse las alas era una tontería, tenía unos músculos muy fuertes y unas plumas enormes para elevarse muy alto.
Un pájaro quería robar un collar plateado a una señora que estaba paseando por el muelle. El pájaro creó un incendio para que la señora se asustara y se le cayese el collar. Funcionó. Al ver el fuego, todos los pájaros se fueron volando hacia el mar. Resulta que el gorrión y la pagalina se pusieron muy nerviosos y echaron a volar y ¡¡pum!! se chocaron.
- ¿Estás bien?, preguntó la pagalina.
- Yo si ¿y tu?, preguntó el gorrión.
- Si, le respondió.
Desde hacía tiempo, el gorrión esperaba conocer una ave marina. Pensó, tengo que aprovechar y desde entonces hasta ahora podéis oír el choque entre dos pájaros con diferentes costumbres. De repente sonó....
- ¡¡¡Riiiinnnggggg!! ¡¡Es la hora de salir al patio a jugar!!
- ¡¡Oooohhhh, noooooo!! dijeron todos los niños a la vez..."¡¡otro día nos contarás otro....!!"
- Claro, pero hoy no puedo, ya que me toca patio....
Marina Valderas Alcoverro.
A mi, como padre, me ha encantado el cuento y estoy seguro que a la familia del gorrión y de la pagalina también. Los págalos...¡¡¡ay los págalos!!!.
¡FELICIDADES ALFONSO! Me imagino que dificilmente se puede superar un regalo así. Los reyes lo tendrán difícil.
ResponderEliminarUn abrazo
David Martínez Lago
Sin duda. Mi reina siente y lo expresa. Se alegrará un montón de ver tu comentario.
ResponderEliminarUn abrazo y nos vemos (ojalá) algún día del fin de semana que viene.