Me tenía que haber despedido mejor de la Estaca y no lo hice. Había mucha gente, muchos observadores de marinas, ávidos de conseguir ver todo lo que habíamos disfrutado los días anteriores y me descuidé. Estaba pensando en despedidas con personas y.....olvidé lo que es casi lo más importante. Ese lugar. Esos vientos, tranquilos o bien, bien, furiosos. El mar abarcándolo todo. Las rocas. Por supuesto las marinas, las aves marinas. No lancé suficientes besos hacia esas costas. De verdad que no lo hice.
Más tarde, cuando pasaba sobre Arealonga en el taxi de Enrique con los míos dentro y destino Ferrol, si que envié unos besos a Bares. Espero que piense que es suficiente y que no me lo tenga en cuenta.
En los próximos días, espero no aburriros demasiado con las historias que me ha deparado mi estancia en Galicia. En O Vicedo.
Por una de las pocas cosas de las que me alegro de haber vuelto "al redil" es por estar aquí. Por intentar contar mediante pequeños relatos las viviencias de estos días.
Nos vemos, leemos, escuchamos, sentimos....en un par de días.
Y me alegro de que estéis ahí.
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