24 de septiembre de 2010

Soñaba

¡¡Tantas veces!!. Sueños plácidos volando entre ellas. Bonitos momentos observándolas a placer. Grandes ratos en soledad, con el viento y con el mar. Y otros, otros muchos en compañía. Pero siempre como elemento central, las aves.

Sueños viendo págalos, preciosos págalos. Sonriendo ante las pasadas de las pardelas sombrías, tan directas. Tan serias. Capirotadas, pichonetas, baleares....Charranes y más charranes. Dilucidando sin son "comics" o patinegros. Errando, pero intentándolo. O Charrancitos, o fumareles o.....

Bandadas de negrones volando en formación. Cientos de ellos, veloces como centellas. Sin mirar atras. Sin esperar a nada ni a nadie.

Paíños en la lejanía. Paíños bailando sobre las olas. Como sin querer tocarlas. Y yo viéndolos o creyendo que lo hago.

Petreles ¿Petreles?. Si, petreles. Mirándolos bien de arriba abajo. Aprovechando estos momentos en los que uno puede verlos a placer. Disfrutar.

Y rabijuncos. También rabijuncos. Bonito bicho y bonito nombre. Rabijunco etéreo. ¡Mírale, mírales! ¡Mira que pedazo de cola y que colores!


Rabijunco etereo

Cuando me vuelvo veo luces en la "bicha". Y la bicha habla de pardelas, de negrones, de gaviotas, de charranes y de paíños. Habla de buena gente. Habla de Dani, de David, de Toño y de Ricardo. Y de mí, también habla de mí. Cuenta historias de petreles y también la del rabijunco que pasó por delante de Estaca de Bares. Frente a la costa de Lugo.

¿Soñaba o leía?. ¿Estaban o no estaban?. ¿Los veía o lo imaginaba?.

¡Que importa!. No importa nada.

Yo sabía que andaban por allí. No porque sea muy listo. Lo sabía porque me lo había contado un págalo. Me lo dijo un pomarino con la mirada y le entendí. A la primera.

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