5 de abril de 2010

"Obejo"

Si. Obejo. Es un "palabro" de Héctor de lo más explícito. ¿Porqué Obejo con b y no ovejo con v?. Ni idea. Sé que existe un pueblo en la provincia de Córdoba que se llama así y también, que todo parece llevar a que lo lógico fuera Ovejo. ¿Porqué? Ni idea insisto. Pero a mi un Ovejo y no es del Ovejo de lo que voy a hablar se parece más bien a este....


Del que voy a hablar y que ha estado constantemente con nosotros en los 8 días en ese portento de la naturaleza del norte de Lugo llamado Vicedo es del Obejo y ese se parece más a este....


El Obejo nunca avisa. El Obejo, aparece por sorpresa y rápidamente vuelve a desaparecer y así tantas veces como haga falta. Llega, lo cubre todo de una negrura absoluta, descarga con toda su fuerza litros y litros de agua y marcha. Junto al viento. Con el viento.


Y de nuevo está aquí. Como decía, hemos pasado algo más de una semana por Vicedo y lo hemos tenido presente constantemente. He estado 7 de los 8 días, fiel a mi costumbre, oteando desde el observatorio de aves marinas de Estaca de Bares y ha descargardo con toda su fuerza sobre nosotros en algunas ocasiones. Otras pasaba de largo (previo aviso de Hevia), unos metros más allá sobre el mar o otros tantos metros hacia el interior, dejando aquella punta como único reducto soleado. Pero si le conoces, si sabes de él, le ves venir....y a correr...a cobijarse.....

Menos mal que los muchos años por la zona sirven para los Obejos vicedanos, esos que vienen directitos desde O Barqueiro y para los de Estaca, ahí está Cariñés...

- Ahí viene agua Alfonso. Pero nada...un chubasco y ya está...

Joder con el chubasco.... Serio el chubasco...


Ese reducir las circunstancias casi al mínimo, me recuerda al "aburridillo" que dice Toño, cuando está contando y la cosa está funesta...

Al final, seguimos a lo nuestro. Seguimos mirando al mar desde la casa de Vicedo, o al verde de la otra banda, de la banda coruñesa. Y desde Estaca, contamos, contamos, contamos. Hablamos de esto y lo otro. Nos sentimos. Y disfrutamos con al arco iris.



Y los Obejos no suelen venir solos. Detrás del primero, llega otro y después, otro más. Así ha sido toda la Semana Santa. La Semana Santa de los Obejos.

Los págalos también conocen al Obejo. No sé si le llaman así, pero le conocen. Fijo.

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