El grupo de ánades azulones levantó la vista cuando oyó aquella expresión tan rara. "Hello!!" insistió de nuevo aquella anátida tan extraña que les miraba esperando contestación. Cruzaron sus miradas para saber si alguien entendía lo que quería decir pero únicamente había expresiones de gran sorpresa.
Le preguntaron a las fochas que había por allí. "Oye, alguna de vosotras sabría decir lo que dice el pato este con la media luna esa en la cara". "Ni idea chicos", contestaron las fochas.
"Hello, i'm lost, can you help me, please?". "Ahora si que no entiendo nada....pero espera que ahí llega Plati, él ha viajado mucho y lo mismo...". "Plati, Plati, ven aquí...mira a ver si tu entiendes lo que dice este...".
El precioso macho de ánade azulón se acercó a la cerceta aliazul (aunque todavía no sabían que era) y se le quedó mirando. Aquella extraña anátida para estas latitudes repitió "Hello, can you help me?. I'm lost". El azulón se volvió y les dijo a los demás que hablaba en inglés, y no solo eso si no que además ese inglés tenía un acento raro, que aquel pato no era europeo.
Después de un rato hablando en inglés, resulto que aquella preciosa ave, con sus tonos azulados, con la media luna junto al pico, venía de Norte América y no sabía como volver. No sabía muy bien como había aparecido en aquella laguna junto al pueblo de Lago en el norte de Lugo. Al final hicieron muy buenas migas y la cerceta decidió quedarse unos días por aquella zona. La verdad es que se estaba fenomenal aunque los azulones le contaron que tenían problemas con los cazadores, quienes si se descuidaban, podían acabar con su vida en un periquete.
En esas estaban cuando vieron llegar a aquellos dos humanos en el coche. Los azulones empezaron a inquietarse y el primero que alzó el vuelo después de lo que le habían contado fue el macho de cerceta aliazul. Cuando ya iban todos por el aire en su frenética huida, Plati, los tranquilizó, "Calma, calma" les dijo. A esos dos los conozco yo. A uno de ellos le llaman Cariñés y del otro he oído hablar, ya que por aquí no lo había visto nunca. "Madriñés" creo que le llaman. Son inofensivos. Quieren a las aves.... Pero ya estaban lejos y decidieron no volver a la laguna, al menos por el momento.
Me contaron que al final el azulón que sabía inglés le mostró el camino de vuelta al forastero que venía de América pero que este prometió volver.
Y quién me lo contó fue un págalo. Un pomarino que pasaba por allí y que al verme en Estaca.....
(*) Ocurrió el día 2 de enero de 2010. Ricardo Hevia Barcón y Alfonso Valderas Farfante
7 de enero de 2010
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