Sí, la noche ha llegado a Mañón. Allí cerca del puente de Ribeiras do Sor el viento mueve los eucaliptales cercanos y el rumor del río hace que a pesar de estar en esa zona rodeado de casas te parezca que estás en un mundo de sonidos de la naturaleza, lejano. En otro mundo. Y allí, en lo alto observándolo todo está la luna. Una hermosa luna llena.
Dos figuras acaban de bajarse de un coche. Hablan algo entre sí y agudizan sus oídos. Andan un poco, de aquí para allá. Se separan y se vuelven a juntar. Vuelven a hablar y callan de nuevo. Uno de ellos, pone las manos frente a su cara, junto a su boca y emite un sonido. Algo parecido a "uuuuuuuu", "uuuuuuuuu". Callan de nuevo. Se giran. Cada uno vuelve a dar unos pasos por sus alrededores. Se miran y deciden partir.
Sigue siendo de noche. El viento sigue moviendo las copas de los árboles y las aguas del río bajan, como furiosas. Y la luna sigue allí arriba. Todavía más bonita.
Dentro del eucaliptal y en mitad de ningún sitio o de todos los sitios, aquellas dos figuras vuelven a bajar del coche. Esta vez no hay casas. Solo árboles y entre ellos se puede atisbar el valle cercano, por el que baja el Sor de las montañas. Se repite la escena. Vuelve a sonar el intento de ulular, "uuuuuuuuu", "uuuuuuuu". Y no se oye más. No se oye nada. Bueno, si. Crepitan los eucaliptos, el viento se introduce por entre todos ellos y los menea de aquí para allá. Suenan ellos y suena él. Los eucaliptos y el viento. Las dos figuras se comentan algo. Sonríen y vuelven a marcharse. Se estaba bien allí, en mitad de ningún sitio o en mitad de todos los sitios. Luna llena. Luna de lobos.
Unos kilómetros más arriba, más hacia el monte, hacia los adentros de Galicia. Junto a un caserío una nueva parada. "uuuuuuu", "uuuuuu". De nuevo el gesto. De nuevo el sonido. Parece que hace más viento pero el sonido es menor. Hay menos árboles. La luna sigue allí. Brillando. Nada más. Los dos individuos se miran y se sonríen. Cruzan unas palabras. Después miran serios hacia ningún sitio. Y vuelven a sonreír.
Deciden marcharse.
Cárabos (foto de spload.wikimedia.org)
Ya no se oye el coche en el que vinieron. En medio del eucaliptal, dos cárabos se miran con los ojos muy abiertos. "¿Qué harían esos dos humanos?, le pregunta el uno al otro. "Ni idea. Son muy raros los humanos". "Parecían llamarnos junto al río. Lo intentaban en el eucaliptal de las montañas y también en el caserío". "Parecían como preguntarnos algo, como si quisieran hablar con nosotros". "Pero....¿de verdad nosotros hacemos "uuuuuuuuu" como ellos hacían "uuuuuuuuu"?. "No se... yo creo que bueno....algo se parecía..pero mejor no contestar". "Yo la verdad, es que la primera vez, he estado tentado de contestar. Me recordaba al canto de una chica que conocí hace unos años". "Bueno, al menos eso nos han traído. Recuerdos y entretenimiento. Malos no parecían y con los humanos, hay que tener cuidado".
Allí quedaron los carabos hablando y en Vicedo se despidieron los humanos, entre abrazos y sonrisas. Charlando. Allí también hacia viento, se mecían los árboles y en lugar del río se oían las olas del mar. Y la luna seguía mirando.
Unos días después, en Estaca, un págalo me dijo que el "uuuuuuuuu" no es exactamente así y sí con unas cuantas "us" menos. Yo le hago caso. Al págalo le hago caso. Al págalo y a Damián. A los dos.
Con Damián, momentos antes de partir a ver que pasaba
Este relato es para y por las rapaces nocturnas y para y por Cosme Damián Romai Cousido. Gracias a Damián he tenido la oportunidad de por primera vez, participar en unas estaciones de escucha de rapaces nocturnas. De escucharle un par de veces imitar el "ulular" de los cárabos y gracias a esas imitaciones, saber que allí, detrás de mi casa de O Vicedo, sin duda, hay cárabos. Esa noche no oímos ninguno, ni lechuzas, ni..... Pero nos oímos el uno al otro. Oímos al viento, a los eucaliptos e incluso a la luna. Lastima que no escucháramos la conversación de aquel par de cárabos.
15 de enero de 2010
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Gracias por tus palabras Alfonso, y por la amabilidad tuya y de tu familia en aquella (inolvidable) jornada por el valle del Sor y O Vicedo.
ResponderEliminar;)
Un abrazo,
Damián
Uuuuuuuhhhhhh, uuuuuuuhhhhhh!!! Ahora de vez en cuando lo recuerdo, lanzo mi canto al aire en el curro y la peña flipa.... ¡¡Será majareta el Valderas este!!!!
ResponderEliminarUn abrazo y hasta la próxima.