5 de diciembre de 2009

Nos vamos a Vicedo

¿Nos vamos a Vicedo?, me preguntó por correo electrónico Ana. ¿Nos vamos en enero como el año pasado?. "No se" respondí. ¿No sabes?, ¿te estoy diciendo que si nos vamos a Vicedo, dentro de un mes y no sabes?.....

Ciertamente era extraño. El mundo al revés. Yo, no he nacido en Vicedo. No. Pero casi. Y en el alma como si lo hubiera hecho. Llegué con 9 meses y muchos, muchos, muchos años después aquí sigo. Soñando con el pueblo. Oyendo el mar desde los árboles del terreno. Observando la otra banda. Tan verde. Está en mi corazón y siempre lo estará.

A Ana sin embargo, valenciana de nacimiento aunque toda su vida vivida en Madrid, exceptuando los veranos levantinos, parecía que nunca le iba a gustar este rincón norteño. Pero poco a poco, poco a poco, y después de un poco más....aprendió a disfrutarlo. Ahora es su respiro. Su pulmón y su "despeja-cabezas".

"Qué raro que no quieras ir. Que raro que dudes. ¿Te pasa algo? insistió.

Me quede un rato pensando y efectivamente era raro. Más que raro, diría yo que rarísimo. Vicedo lo tiene todo o casi todo y especialmente para mí. Los recuerdos de toda una vida, sus paisajes, el rugido del mar. Sus vientos, los árboles, los animales. La comida, si señor, la comida....

Dos días después llamé a Renfe y compré los billetes. Ida el 1 de enero por la noche y vuelta el 6, también en horario nocturno. Pasaremos allí la noche de Reyes.

Todavía no entiendo a cuento de qué dudaba. Ni idea. Pero ya pasó.

No creo que todo se aclarara cuando recordé a los págalos, porque a ellos los tengo siempre en mi cabeza. Siempre están conmigo. Pero de repente, vi uno viniendo y diría que me saludaba.....

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