21 de diciembre de 2009

Las reinas de la playa

Se lo hacen saber a todo el mundo. A las demás gaviotas y a todo el que se acerca por el muelle de Vicedo. A los que pasean por la playa. A los que salen a faenar en sus barcas. Ellas son las reinas y a ver quien lo pone en duda.

Siempre me llamó la atención y yo diría que además se pasa de generación en generación. Que son los hijos de los hijos. Y detrás vendrán los hijos de éstos. Desde que observo las aves con mayor atención y es ya hace unos años, siempre han estado allí. Siempre ha habido una pareja de gaviota patiamarilla dominante en la zona. Y recuerdo verlas en lo alto de la grua para sacar las barcas del agua, gritando esa circunstancia al viento. Gritándoselo a la Ría. Gritando y gritando.



Y es un grito serio. A veces da miedo. Fuerte y como avisador. ¡¡¡Aquí estamos!!. ¡¡Aquí estamos!!.

Levantan el vuelo y hacen que todas las demás gaviotas lo hagan también. Lo hacen cuando se acerca un barco a puerto o simplemente cuando les da la gana. Y hacen que todas lo hagan. Dan varias vueltas sobre el puerto y se posan cerca de la bocana, allí junto al pequeño faro que avisa a los barcos de la cercanía de las rocas.

Y vuelven a la playa y de nuevo llega la calma. Durante un rato. No mucho tiempo. Después, vuelven a sacar pecho, a levantar la cabeza, ante la mirada de los inmaduros, de los juveniles de primer año y de las demás parejas de adultos de patiamarilla, de las reidoras, de las sombrías e incluso de alguno de los gaviones que frecuentan de vez en cuando la playa de Vicedo.



Y vuelven a gritar. A decirle a todo el mundo, a todos los árboles, a todas las olas y al viento del Nordeste, que ellas lo son. Que son las reinas de la playa.

Los págalos no vienen por el puerto de Vicedo. Si lo hicieran, también lo sabrían. También lo aceptarían.......

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