26 de enero de 2009

La que está cayendo.....




.....y las que deben estar cayendo.

Llevamos ya unos cuantos días inmersos en una tremenda borrasca. Vientos huracanados azotan Estaca de Bares. La poderosa fuerza del Oceano Atlántico, del Mar Cantábrico, golpea con dureza y con constancia las viejas piedras de la isla Coelleira. La inmensidad del mar, inundado por la blanca espuma parece un paisaje de montañas nevadas. Las olas van y vienen, luchando contra todo, arrasándolo todo, llevándose por delante lo que encuentran en su camino. La tempestad no cede ante nada.

Y en medio de todo esto, las aves marinas. Seres que han pasado, pasan y pasarán la mayor parte de su vida en el mar, sin ir a la costa nada más que para criar, luchando por su vida ante aquel que les dá sustento. Que les mece cuando duermen. Aquel en el que se enamoran, en el que enseñan a sus hijos a sobrevivir, donde juegan y pelean. También donde mueren.

Alcatraz Atlántico orillado en la praia de Xilloi en O Vicedo (Lugo)



Los que seguimos y queremos a las aves marinas, la mayoría de las veces celebramos la llegada de los temporales. Suelen traer consigo especies de aves que de otro modo dificilmente se acercarían a la costa. Que casi nunca podrías ver. Acercan aves norteñas hacia este sur. Y allí estamos nosotros, celebrando su llegada. Y las noticias vuelan de un lado a otro, los foros de aves echan chispas relatando la llegada de gaviones hiperbóreos, de paíños por todos lados, de colimbos, de........

Pero sabemos que esa llegada nunca viene sola. Que no todo son alegrías y que la muerte acompaña a nuestras amigas. Montones de aves orilladas. Inexpertos jóvenes, demasiado veteranos, enfermos, ejemplares que llevan días sin poderse alimentar. Es como un sabor agridulce. La naturaleza es la que domina todo y creo que todos nosotros lo aceptamos como tal pero nos es imposible no sufrir al encontrar esos cadáveres por las orillas. De algún modo llorar ante éste o aquel individuo ya sin vida. Pensar que las aves que acabamos de mirar por los prismáticos pueden acabar en una playa no demasiados kilómetros más allá. Que todo se terminó para ellas.



Alca encontrada varios metros dentro de la costa lejos de la linea de playa (O Vicedo - Lugo)

El viento sigue silbando en Estaca de Bares. El viento continua arrasándolo todo. Las olas pasan por encima de las rocas de la Coelleira. Su espuma se alza en el aire. Y al ver esa espuma observo a un págalo que lejos de mantener su vuelo directo de otras épocas del año, de otros vientos más benignos, forcejea por mantenerse sobre el mar. Zigzagea constantemente evitando una y otra ola. No siempre lo consigue. Acaba de caer y ya se dispone a emprender el vuelo. Lo veo y no lo veo. Lo veo y no se como puedo verlo. Lo veo y le animo desde el balcón de mi casa en la calle Infantas de Madrid. Y sufro con él y me alegro cuando veo que esta vez, lo ha conseguido.

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