14 de junio de 2009

Los colirrojos del puerto de Vicedo

Donde antes había una depuradora, hoy vive un colirrojo tizón. En Vicedo, cuando bajas hacia el puerto, justo enfrente de la casa de Boni y al lado de los columpios, había hace no demasiado tiempo una depuradora de aguas. Yo creo que nunca funcionó o al menos bien. Simplemente llegaban las "aguas cochas" y de allí directamente pasaban a la cercana playa.


Pobre playa y pobres aguas. Nunca vi un trato peor a una zona que podía ser bonita y atrayente que el que siempre ha recibido esta playa. La playa de Fomento según los mapas y esas cosas. La playa del puerto o de Vicedo para los que llevamos toda la vida por allí y yo creo que para los vicedanos. Rodeada de dunas, ya prácticamente inexistentes siempre fue el vertedero de toda la porqueria del Vicedo. ¡¡Qué importa!!. Así hacemos las cosas.

Como digo, donde estaba esta horrorosa, maloliente, e inútil construcción ahora vive una pareja de colirrojos tizones. Bonito nombre verdad. Colirrojo tizón. Cola roja y el cuerpo, el cuerpo, negro como el carbón. Negro negro, negro tizón. De las primeras cosas que hago cuando llego a Vicedo, por obligación o por devoción, es dar un paseo desde casa hacia el Cacheiro que hace que tenga que pasar por esta zona. Es una de mis zonas preferidas para echar una ojeada a las aves que pueda haber en la playa (las diferentes gaviotas, los andarríos, algún que otro cormorán o un zarapito en las rocas de Moledos) y los pajaritos de lo poco que queda vivo de la zona de dunas. Y alucinantemente, aún con lo maltratada que tenemos la zona, sigue habiendo algunos de estos pequeños seres voladores.

Descubrí por primera vez a los tizones, "cuidando" a mis hijos mientras jugaban en los columpios. Como siempre, armado con los prismáticos, mientras ellos se lo pasaban bien, yo también lo hacía. Veía venir a un pajarillo que desde los tejados de casa de Boni, que iba y venía sin parar. Al llegar a la casa desaparecía, supongo que a su nido. Pasado un rato, aparecía de nuevo. Se acercaba a la antigua caseta de la depuradora (esa no la han quitado....y mira que es fea...) y atrapaba algunos insectos que había por allí. Siempre iba al mismo sitio, cogía y a casa a alimentar a la prole. ¡¡Que belleza de animalillo!!.



Al colirrojo no parece importarle el estado en el que está la zona. Y año tras año allí está. Yo creo que le gusta el sonido del mar y los gritos de los niños mientras bajan por el tobogán. Y que cuando no nadie les ve, traen a sus pequeños y son ellos los que se lanzan por el tobogán gritando felices justo antes de que mamá y papá les empujen en los columpios, hasta que llegan arriba, alto, muy alto.

Cada vez reconocen menos el Vicedo pero.....les pasa como a mí. Que no pueden vivir sin él.

(*) Fotos de Marpez Digiscoping y http://www.pbase.com/.

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